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Regreso a la escuela durante el COVID-19

Regreso a la escuela durante el COVID-19

Con el inicio del nuevo año escolar, es necesario que muchas cosas sucedan para que los estudiantes puedan aprender y prosperar sin el riesgo de esparcir el COVID-19.

Lograr la meta de que los niños asistan a la escuela en persona, que es la forma como aprenden mejor, solo será posible cuando la comunidad tenga bajo control la propagación del virus.  Y entonces, cuando sea posible la reapertura de la escuela para el aprendizaje presencial, se deberá tomar un enfoque escalonado para mantener seguros a los estudiantes, profesores y personal de la escuela.

Por qué los estudiantes deben regresar a la escuela, cuando es seguro hacerlo​

Las escuelas brindan más que estudios académicos a los niños y los adolescentes. Además de lectura, escritura y matemáticas, los estudiantes aprenden habilidades sociales y emocionales, hacen ejercicio y tienen acceso a servicios de ayuda para la salud mental y otros servicios que no se pueden ofrecer por medio del aprendizaje en internet. Para muchos niños y adolescentes, las escuelas son lugares donde permanecen seguros mientras que los padres o tutores trabajan.  Para muchas familias, la escuela es donde los niños reciben alimentos saludables, tienen acceso al internet y otros servicios vitales.

La pandemia ha sido especialmente difícil para los niños y adolescentes de las comunidades negras, hispanas/latinas, indígenas estadounidenses y nativas de Alaska, y para las familias de bajos recursos.  Uno de cada 5 adolescentes no puede hacer sus estudios en casa debido a que no tienen un computador (ordenador) o conexión de internet.

Pero, cualquiera que sea la forma de aprendizaje que se adquiera, la AAP recomienda que es necesario que las escuelas tengan fondos/financiación para brindar medidas de seguridad para la enseñanza presencial, y para poder ayudar a todos los estudiantes en la planificación del aprendizaje virtual.​

Lo que las escuelas pueden hacer

Para mantenerse  seguros, existen algunas medidas que las escuelas deben tomar para ayudar a prevenir la propagación del COVID-19. La siguientes son algunas de ellas:

​Distanciamiento físico. La meta debe ser permanecer por lo menos a 6 pies (2 metros) de distancia para ayudar a prevenir la propagación del virus que causa el COVID-19. Sin embargo, separar los pupitres (escritorios) por lo menos a 3 pies (1 metro) de distancia y evitar contacto cercano pueden tener casi los mismos resultados, especialmente si los estudiantes usan cubiertas de tela para la cara y no tienen síntomas de enfermedad. Los maestros y el personal, que probablemente corren mayor riesgo de contagiarse del COVID-19 de otros adultos que de los niños en la escuela, deben mantenerse a una distancia de 6 pies (2 metros) entre sí y de los estudiantes lo más posible. Los profesores y el personal también deben usar cubiertas de tela para la cara y deben limitar reuniones en persona con otros adultos.

En lo posible, debe hacerse uso de espacios exteriores para la instrucción y las comidas. Los estudiantes también deben disponer de suficiente espacio para mantenerse a distancia durante el ejercicio y otras actividades como el canto/coros.

Cubiertas de tela para cara e higiene de las manos. Todos los niños de 2 años en adelante y los adultos deben usar cubiertas de tela para la cara que cubran la nariz y la boca para frenar la propagación del virus. Cuando se usan de manera correcta, las mascarillas son seguras de usar por largos periodos de tiempo como es el caso del día escolar. Además, lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón es importante para todos.

Cambios de salón de clases. Para ayudar a limitar el contacto fuera del salón de clases, las escuelas pueden:

  • Hacer que los profesores/maestros cambien de salones de clases, en lugar de que los estudiantes se congreguen en los pasillos entre periodos/clases.
  • Dejar que los estudiantes almuercen en los pupitres o en grupos pequeños al aire libre en lugar de comedores abarrotados/concurridos.
  • Dejar las puertas de los salones de clases abiertas para ayudar a evitar el uso de las perillas y superficies de alto contacto.

Chequeo de temperatura y pruebasLos CDC en la actualidad no recomiendan pruebas​ del COVID-19 para los estudiantes o el personal.  Las pruebas solo muestra si la persona está infectada en ese preciso momento y podría no ser útil en la prevención de brotes en las escuelas o comunidades. Tomarle  la temperatura a los estudiantes en la escuela no siempre es posible. Las escuelas deben establecer maneras para identificar a los estudiantes que tengan fiebre u otros síntomas de enfermedad. Las escuelas deben recordarles con frecuencia a los estudiantes, profesores y personal que se queden en casa si tienen fiebre de más de 100,4 grados Fahrenheit​ (38 grados Celsius) o algún síntoma de enfermedad.

Exposición.  Aunque la evidencia actual sugiere que los niños menores de 10 años tienden a tener menor probabilidad de infectarse con SARS-CoV-2, y menos probabilidad de esparcir la infección a otros, aun así las escuelas deben planear para evitar exposiciones al virus.  Si un estudiante o miembro del personal entra en contacto cercano con alguien que se sabe ha adquirido la infección del SARS-CoV-2, debe ponerse en cuarentena por 14 días contados desde el día en que entraron en contacto cercano.   Contacto cercano significa estar a menos de 2 metros (6 pies) de la persona por lo menos durante 15 minutos.  Se sabe que una persona está infectada si tiene una prueba de laboratorio que confirme la infección o si está enferma con síntomas coherentes con COVID-19.

Síntomas en la escuela. El personal de enfermería de la escuela tomará la temperatura a cualquier persona que se sienta enferma durante el día escolar, y debe haber un lugar aparte designado para aislar a los estudiantes que no se sienten bien. Para permanecer seguros, el personal de enfermería de la escuela debe usar equipo de protección individual (EPI o PPE, por sus siglas en inglés), tal y como mascarillas N95, mascarillas quirúrgicas, guantes, batas desechables y caretas.

Limpieza y desinfección. Las escuelas deben estar preparadas para cumplir con las pautas de los CDC para limpiar y desinfectar de forma correcta los salones de clases y las áreas comunes.

Autobuses, vestíbulos/pasillos, comidas y patios de recreo

Debido a que estos son lugares muy concurridos, las escuelas pueden:

  • Designar asientos a los que viajan en bus y pedirles que usen cubiertas de tela para la cara cuando que estén en el autobús.
  • Las escuelas deben recomendar a los estudiantes que pueden llegar a las escuelas por otros medios a que tomen esas opciones.
  • Marcar los pasillos y escaleras con flechas en el piso que indiquen el sentido/dirección para caminar para disminuir las aglomeraciones en los pasillos. Asignar casilleros para los grupos o eliminar su uso por completo.
  • Se deben exhortar las actividades al aire libre, así que se les debe permitir a los estudiantes el uso del patio de recreo en grupos pequeños. La limpieza de los equipos de recreación debe ser parte del plan de limpieza.

Otras consideraciones

Además de hacer planes para mantener a los estudiantes seguros, hay otros factores que las comunidades escolares deben tener en cuenta:

Estudiantes con mayor riesgo. Aunque las políticas del COVID-19 de la escuela pueden ayudar a reducir el riesgo, no lo eliminan por completo. Incluso cuando se toman medidas de seguridad, algunos estudiantes con enfermedades médicas de alto riesgo tendrían que continuar con el aprendizaje a distancia o hacer otros arreglos. Hable con su pediatra y el personal de la escuela (incluyendo a las enfermeras de la escuela) para determinar si su niño puede volver a la escuela de forma segura. ​

Estudiantes con discapacidades. El impacto del cierre de las escuelas puede haber sido mayor para los estudiantes con discapacidades. También podrían tener dificultades para hacer la transición al regreso a la escuela después de no haber tenido instrucción y servicios que recibían en las escuelas, tales como terapia ocupacional y física y terapias de lenguaje, así como asesoramiento para la salud mental. La AAP recomienda examinar las necesidades de cada niño a través de un Programa Educativo Individual antes de regresar a la escuela y brindar servicios incluso si tienen que hacerse de forma virtual.

Inmunizaciones y visitas de control del niño sano. Es importante que a medida que los estudiantes regresan a la escuela que se pongan al día con sus vacunas. Será de vital importancia que este año los estudiantes y el personal reciban la vacuna contra la influenza para reducir la propagación de la influenza (gripe) este otoño e invierno. 

​Exámenes.  En lo posible, se deben continuar haciendo los exámenes auditivos y de visión en las escuelas. Estos servicios ayudan a identificar a los niños que necesitan de tratamiento tan pronto como es posible y prevenir interferencias con el aprendizaje.

Salud del comportamiento/apoyo emocional. La escuela de su niño debe anticipar y estar preparada para tratar una amplia gama de necesidades de salud física y mental de los estudiantes y del personal. Las escuelas deben ofrecer servicios de salud mental para cualquier estudiante que esté teniendo dificultades por el estrés relacionado con la pandemia e identificar a los estudiantes que tienen síntomas de ansiedad o de agitación/angustia. Las escuelas también deben ayudar a los estudiantes que tienen pensamientos o comportamientos suicidas a recibir el apoyo que necesitan.

Nutrición. Muchos estudiantes reciben comidas saludables por medio de los programas de alimentación de la escuela. Más estudiantes que antes de la pandemia podrían cumplir con los requisitos para recibir alimentos gratis o a precios reducidos. Las escuelas deben proporcionar programas de alimentos incluso si la escuela cierra o el estudiante se enferma y se queda en casa y no va a la escuela.

Recuerde

Volver a la escuela durante la pandemia del COVID-19 podría no sentirse normal, por lo menos por algún tiempo. Pero tener planes establecidos para la seguridad, y cerciorarse de que las escuelas cuentan con los recursos necesarios, puede ayudar a mantener seguros a los estudiantes, el personal de la escuela y las familias.

Créditos: healthychildren.org