Movilidad sostenible: ¿Cómo fomentarla?

Fomentar la movilidad sostenible a través de planes integrales es una de las medidas de gran importancia para reducir las emisiones de gases contaminantes. Además de los beneficios ambientales asociados a la movilidad sostenible, se suman el bienestar económico, social y de tránsito. Entonces, ¿cómo se puede fomentar este tipo de transporte?
Contaminación en las ciudades y el uso del automóvil
Uno de los lugares donde más contaminación atmosférica observamos es en las grandes urbes. Esto ocurre fundamentalmente con el aumento de la movilidad privada, es decir de los carros particulares. Como señalan en ecologistas en acción, «a medida que más y más gente lo utiliza más ineficiente se vuelve él y todo el sistema de transporte viario».
Específicamente, el automóvil es el medio que: – más energía y espacio consume por persona transportada, – produce contaminación acústica y atmosférica, – más accidentes ocasiona, – provoca peor funcionamiento del transporte público, – inhibe el uso de movilidad no motorizada.
Por otro lado, es importante subrayar que los índices de contaminación del aire en las grandes ciudades es ya un asunto de salud pública.
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Finalmente, el vehículo privado ocupa 50 veces más espacio que el transporte público.
No sólo una cuestión ambiental
Cuando se habla de apostar por una movilidad sostenible para una mejor calidad de vida no se refiere solo a los beneficios ambientales. También se busca el bienestar económico, social y de tránsito.
Por ejemplo, mencionar que los automóviles son el medio de transporte que más accidentes ocasiona, como detallamos más arriba, es un tema que trasciende lo medioambiental, es también cuestión social.
Los mejores planes son aquellos que integren los tres ámbitos (social, económico y ambiental) y cuenten con la mayor participación social. A su vez, que estén coordinados con otros planes, ya sea a nivel regional o nacional.
¿Cómo fomentar la movilidad sostenible?
Hay dos objetivos involucrados en la reorientación del transporte hacia una movilidad sostenible:
– disminuir el uso del automóvil privado
– fomento del transporte público y del transporte no motorizado (como bicicletas)
El papel de las instituciones
Por un lado, las instituciones deben diseñar planes que impulsen medios de transporte con mayor eficiencia energética. Esto es fundamental para disminuir el consumo de combustibles fósiles, así como para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Algunas medidas a implementar pueden ser:
– automóviles multiusario o “car sharing” para aprovechar el espacio de los automóviles. A través de, por ejemplo, planes de movilidad de empresa que apunten a este objetivo.
– construcción de carriles exclusivos para buses y tranvías urbanos
– fomento del uso de la bicicleta: sistemas públicos, construcción de carriles exclusivos, estacionamiento.
– vehículos eléctricos (motocicletas, coches, autobuses): no generan emisiones y disminuyen la contaminación auditiva, debido a que prácticamente no hacen ruido.
El papel de los ciudadanos
Podemos prescindir del automóvil privado en trayectos cortos que podamos hacer a pie. Además, elegir el transporte público es menester. Otra opción es compartir el vehículo con compañeros de trabajo o de zona laboral. No sólo es más sostenible sino que ayuda a descongestionar el tráfico.
Especialmente relevante es el elegir la bicicleta, una manera sana y sostenible de movilizarse.
Entonces, la movilidad sostenible es un asunto que involucra muchos aspectos y en los que es necesario el compromiso de todos los individuos.
Fuentes: ecologistas en acción / remica
Créditos: geoinnova.org